
Han sido muchos los que han querido rendir homenaje estos días a Prince desde que el pasado jueves dejara este mundo con su repentina muerte a los 57 años de edad en su residencia de Chanhassen (Mineápolis, EE. UU).
Pero sólo unos pocos, sus seres más queridos, amigos y músicos, han podido brindarle su último adiós. Una «ceremonia privada y hermosa», tal y como ha informado el publicista del cantante, Yvette Noel-Schure que agregó que el acto del depósito final de las cenizas también será en la más estricta intimidad y al que seguirá, en fechas próximas, una celebración musical de su vida. «Pedimos vuestras bendiciones y oraciones de alivio para su familia y amigos íntimos en este momento», añadió.
La noticia de la incineración se dió a conocer un día después de que se practicara la autopsia de la que, la institución encargada advirtió que determinar la causa de la muerte del cantante podría llevar días y las pruebas toxicológicas, incluso semanas. Pero en una rueda de prensa, las autoridades responsables de la investigación comunicaban que no había motivos para creer que se tratara de un suicidio.
Según TMZ, primer medio en notificar su fallecimiento, Prince fue hospitalizado seis días antes de su muerte por sobredosis de Percocet (fármaco compuesto por acetaminofeno y oxicodona). El ingreso fue unas horas después de que Prince diera un concierto en Atlanta y tuvo que cancelar un par de actuaciones de su gira «Piano and a Microphone». Su entorno lo justificó como un episodio de gripe.