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La diputación de la grandeza niega el título a Esther Doña

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A día de hoy, Esther Doña, novia y pareja de hecho de Carlos Falcó, no puede ser presentada ni tratada como marquesa de Griñón ni, lo que sería mucho mejor, marquesa de Castel Moncayo, que es el título principal de su novio, por ser más antiguo y gozar de Grandeza de España. «El título de Castel-Moncayo es para el primogénito, mi hijo Manuel, él heredará el título principal con Grandeza de España y también esta finca “Casa de Vacas”, que yo la tengo en fideicomiso. Así lo dejó establecido mi abuelo cuando me la regaló. Los dos mayores tienen garantizados sus títulos. Sandra es marquesa de Mirabel por designación de su abuela y los dos pequeños, Aldara y Duarte, tienen alguno por su madre. Queda por asignar Griñón y podría ser para Tamara, pero ya se verá», así de claro se mostraba Carlos Falcó en la entrevista que concedía a LA RAZÓN semanas antes de conocer a su novia Esther Doña durante una cata de vinos en Málaga.

Él es un esteta, se fija muchísimo en la indumentaria, y Esther, que afirma haber sido modelo, no le dejó indiferente. Sin tiempo que perder y con ganas, establecieron, como ellos han contado, una relación afectiva por whatsapp que ha terminado la semana pasada en una inscripción como pareja de hecho en el Registro Administrativo de Uniones de Hecho de la Comunidad de Madrid.

Y han podido hacerlo porque Fátima de la Cierva, que se separó del marqués de Griñón hace cinco años, al insistir en la demanda de divorcio, que Falcó había sido reacio a ratificar desde que ella le dejó, se encontró con la sorpresa de que, esta vez sí, su ex marido estaba dispuesto a firmarla. Con el divorcio en la mano y sin tiempo que perder, Carlos y Esther Doña se fueron al notario a firmar un convenio como pareja estable. La inscripción como pareja de hecho supone confirmar una unión estable no formalizada en sede matrimonial, que les otorga un reconocimiento y una mayor seguridad jurídica. Hicieron la escritura pública ante notario y tuvieron que inscribirla acreditándola con dos testigos mayores de edad. Una vez registrada la unión en el Registro Administrativo de Uniones de Hecho de la Comunidad de Madrid, recibieron un certificado oficial a modo de Libro de Familia. En esa inscripción acordaron, como si fueran cláusulas matrimoniales, el convenio que regulará su relación, pensiones, manutenciones, propiedades en común, pago de gastos propios de la convivencia, etcétera. Es decir, tienen que inscribir los pactos de convivencia, las relaciones personales y patrimoniales derivadas de su unión, así como los derechos y deberes respectivos, el régimen de gananciales o la separación de bienes, las compensaciones económicas en caso de cese de convivencia, herencias... Por cierto, si llegaran a tener hijos, tanto propios como adoptados, los Falcó Doña, gozarían de los mismos derechos que el resto de hijos Falcó Girod, Preysler y De la Cierva.


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