
La entrada del palacio de Liria, en Madrid, se convirtió en pasarela de la elegancia y los apellidos más conocidos de España. Entre los asistentes, que llegaron en su mayoría a pie –a excepción del novio, Luis Fitz-James Stuart, duque de Aliada, y la madrina, María de Hohenlohe– estaban el hijo de José María Aznar y Ana Botella, José María, y su mujer, Mónica Abascal, con quien tuvo a su tercer hijo, Gaspar, a principios de año. También entró caminando Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria, que llegó solo, al igual que Luis Medina, el soltero hijo de Naty Abascal. Sofía Palazuelo, novia de Fernando Fitz-James Stuart, que no la acompañó a la entrada, lució un vestido negro y rojo con los hombros al descubierto, pendientes circulares y moño con tocado de flores que le daban un aire flamenco y muy elegante. Estaba además Pilar González de Gregorio, hija de Luisa Isabel Álvarez de Toledo, la fallecida duquesa de Medina Sidonia, que trabaja, como la novia, en la casa de subastas Christie’s.
Pero los más ilustres de los invitados fueron justamente los familiares del novio, que se reunieron de nuevo en el palacio de Liria tras el fallecimiento de Doña Cayetana, Duquesa de Alba, para celebrar el enlace del duque de Aliaga con Adriana Marín. Aunque Carlos y Fernando viven en el propio palacio, y Eugenia habría bajado de su piso directamente al jardín, por lo que no fueron fotografiados, se pudo ver llegar a los hijos de Jacobo Fitz-James Stuart, Brianda y Jacobo, que llegó acompañado de su mujer, Asela Pérez Becerril, con quien se casó también en el palacio de Liria. Brianda lucía un vaporoso y original conjunto de camisa y falda azul sobre un «top» negro, mismos colores del vestido de su cuñada.