
La tía abuela de la Reina Letizia Henar Ortiz publica su primer libro, pero que nadie lea entre líneas nada regio porque no lo encontrará. Ella ofreció sus textos a una pequeña editorial asturiana y ha cedido sus derechos de autor a la ONG Pájaro Azul.
–De diseñar bolsos a escritora...
–Son algo humilde y es lo primero que publico. No tiene nada que ver con los diseños de bolsos, que tengo en «stand by» por la situación que atravesamos. Los cuentos forman parte de mi ocio y de mis inquietudes, que tienen que ver con la imaginación. Me gusta escribir. Además, tengo otros escritos sin publicar. Me han ofrecido muchas veces escribir, pero la forma de libro que quieren no es mi estilo. Escribo como descarga y uno siempre tiene miedo de mostrar sus cosas, sus gustos o estados de ánimo.
–¿Habrá que leer entre líneas?
–Claro, por ejemplo el cuento de Cristina que está dedicado a mi hermana fallecida. Aún lo leo y me emociono.
–¿En alguno vierte sus impresiones por haber pasado del anonimato a la primera fila, por ser familia de la Reina?
–No, en ninguno pensé en eso. Sólo puedo decirte que sentí un poco de vértigo, de sorpresa, porque nunca esperé algo así a lo que le pasó a nuestra familia.
–¿El balance es bueno?
–Todo hace crecer, pero hay que digerirlo. No fue fácil. No entiendo bien las hostilidades, las encuentro gratuitas. Ahora creo, con la distancia, que hay un equilibrio y más tranquilidad. Al principio fue como un tsunami y eso que yo había entrenado mucho con la fama de mi madre. Digamos que ya hice la mili, aunque ahora es más grande.
–¿Le gusta el lugar donde les ha colocado la Historia?
–Estoy orgullosa de mi sobrina, para nosotros es un estigma del que soy consciente. Ni me gusta ni me disgusta. Es la realidad. Seguramente no hicimos todo bien y hay cosas de las que me arrepiento, pero no son para decirlas en público.
–¿Qué es lo que más daño le hizo?
–El asunto del alzamiento de bienes, porque se aprovecharon.
–¿Qué hace ahora?
–Está la cosa tan fea que no se puede hacer mucho. Hago bastantes cosas y, gracias a Dios, no tengo cargas familiares. Vivo con austeridad en Asturias, pero me muevo mucho y también pinto.
–¿Ejerce de tía regia?
–Me ejercen, pero no voy de tía de nadie. Tengo cinco sobrinos y ejerzo de tía con todos y con los que puedo. Cuando eran pequeñitos, también con mi hija, hacíamos dibujitos juntos y nos inventábamos cuentos porque me encantan los niños.