
Hermés es de las escasas firmas que permanecen en el auténtico lujo el de los objetos mimados a mano, el que está elaborado por artesanos y donde cada pieza es un objeto único. Esa exclusividad también impone un respeto que impide franquear la puerta de una tienda Hermés.
Para vencer ese miedo escénico, de vez en cuando, ese mundo se abre al público de forma generosa y gratuita. Le han llamado La Maison des Carrés, la Casa del pañuelo de seda y la han instalado, hasta el 30 de mayo, en un inmenso espacio diáfano y blanco situado en un callejón en pleno centro de Barcelona que, como no podía ser de otra forma, está en el número 9 del Pasaje Campos Elíseos de la capital condal.
Los señores de Hermés quieren que el gran público vea y aprenda todo lo que se puede hacer con un pañuelo de seda, las mil formas de usarlo sobre nuestro cuerpo. Ese enorme espacio blanco está compartimentado en secciones; la lavadora, el fotomatón, la tienda del pañuelo, la pintura, las pajaritas, la guardería... Y así se vive la experiencia de acercarse al lujo más exquisito sin miedo porque una experta nos enseña a convertir un gran pañuelo de seda en un turbante, pero luego lo extiende y con un cinturón lo convierte en traje de noche, luego le hace cuatro nudos y es una chaqueta y con sólo un nudo es un top y por supuesto las diferentes formas de lucirlo al cuello. Es sorprendente la utilidad que se le puede sacar a un pañuelo, sales de la Maison convencida de que el único fondo de armario posible son cuatro o cinco pañuelos de seda, con ellos estarás perfectamente vestida.